Competiciones las hay de todas las clases y algunas raras de narices. Esta en concreto se trata en diseñar el mayor número posible de módulos con Lego, que permite diseñar mecanismos de cierta complejidad, e interconectarlos para que formen un circuito que se vaya pasando pelotitas. Se le llama Great Ball Contraption.
Explicado así parece una tontería de las gordas, pero después de ver el vídeo comprendes que hacen falta ciertos conocimientos de ingeniería y muchas horas.
Este en concreto pertenece al record del mundo consistente en 93 módulos. Mucho cuidado que uno se queda medio lelo mirando el vídeo 😛
En el mundo actual, se está invirtiendo cinco veces más en medicamentos para la virilidad masculina y silicona para mujeres, que en la cura del Alzheimer. De aquí a algunos años, tendremos viejas de tetas grandes y viejos con pene duro, pero ninguno de ellos se acordará para que sirven.
Hoy en día estamos acostumbrados a conducir coches que poco o nada tienen que ver, en cuanto a medidas de seguridad, con los coches de hace 50 años. En el ámbito de la competición tres cuartos de lo mismo. Si ahora estos van protegidos con barras anti-vuelco, cinturones de 5 anclajes o chasis de protección indeformables, hace 50 años no había nada de eso.
Hace 50 años no se utilizaban cascos y no había cinturón de seguridad. Los coches de carreras eran descapotados por lo que si el conductor chocaba, este salía volando literalmente. Y lo increíble es que muchas veces salían prácticamente ilesos.
En este vídeo hay un buen recopilatorio de accidentes de coches de la primer mitad del siglo XX. Solamente con ver en que condiciones competían, se le pone a uno la carne de gallina.
Hace dos semanas saltaba a la palestra de un reality caza talentos un chaval que se presentaba como el «Shakiro«. Lo que a priori parecía una actuación para mofarse y cachonderse del personal, acabó con unas caras de sorpresa dignas de los mismísimos que escucharon por primera vez a Susan Boyle o Paul Potts.
Pero la cosa no ha quedado aquí. Y es que resulta la semana pasada, Shakiro y Shakira se conocieron en persona. Ver para creer…
Por todos y todas son conocidos los beneficios del famoso WonderBra, un modelo de sujetador que revolucionó la vida de muchas mujeres (y hombres 🙂 ).
El funcionamiento del mismo es más sencillo que la rueda: dados unos senos en estado de reposo (aka tetas), aplíqueseles una fuerza lateral con un vector perpendicular a la fuerza normal del cuerpo en estado de verticalidad y dirección opuesta al exterior del mismo. Con tal choque de fuerzas opuestas y dado que, los senos son protuberancias compuestas mayormente de tejido adiposo con una turgencia disminuyente en el tiempo la cual hace que estos cuelguen, hace que estos se vean catapultados hacia una posición ligeramente superior a la vez que presionados el uno contra el otro. Este efecto produce las comúnmente llamadas «peras«, «tetorras«, «canalillos de vértigo» y un largo etcetera.
Si bien es cierto que la teoría siempre es interesante, nadie negará que la empírica siempre es necesaria y más para estos menesteres. Recientemente, en china han ideado una nueva linea de lencería femenina que aprovecha todos estos conocimientos. Claramente podemos observar como actúan las leyes de la física y como aumenta la autoestima de las candidatas:
